Artistas escobarenses
Héctor Dai Sugimura: sin perder la ternura
Héctor Dai Sugimura publicó Buscadores en mis últimas vidas y Iadá. Son novelas, aunque su procedimiento de escritura las vincula a la poesía. Las preguntas fundamentales, las conclusiones disparatadas, las situaciones fantásticas que se vuelve verdaderas por la verosimilitud de la historia son características de la escritura de Sugimura.
Abogado sin ejercer, viverista, docente y artista plástico Héctor se involucra siempre en las causas justas y es un educador comprometido con la sociedad.
Sus libros, publicados en 1995 y en 2005, respectivamente, fueron los últimos escritos que presentó a sus lectores, luego, profundizó su vínculo con las artes plásticas, produciendo una considerable cantidad de pinturas.
En su primera novela, el protagonista es doble Dai Hombre – Dai Gato (especie de alter ego del autor/narrador, transformado en felino), adquiere su forma de felino de cuatro patas, y debe desenvolverse con la consciencia de un hombre en el cuerpo de un gato. Una serie de pruebas, una luciérnaga consciencia, un maestro divino lo ayudarán en el aprendizaje de la vida, buscando los anhelos eternos encuentra una serie de vidas, los gatos se organizan, aparecen liderazgos y culmina en una guerra entre Insensibles y Buscadores de anhelos. Dai Gato se convierte en diputado pero cuando la vida llega a su fin para este “defensor de felinos y buscador de anhelos eternos” descubre que la vida es una sucesión de círculos que se abren y se cierran.
Su segundo libro se vincula a un acontecimiento muy importante en su vida personal: la paternidad. Allí aparece su hija representada en uno de los narradores y es la que lo ayuda a pensar y repensar las relaciones humanas y los vínculos.
Citamos un fragmento:
…Buscate.
Recostate.
Acurrucate.
Mostrame,
pero no tanto.
Rodeame,
pero sin encierros.
Permitime,
pero no del todo.
Buscame,
pero no encuentres todo…
Una literatura que indaga en las preguntas más que en las respuestas y, aunque la realidad sea dura, jamás pierde la ternura.
txt: Cristián Trouvé