Cultura

Ciclo Recitales Poéticos: Silvia Heidel & Francisco Mina

Una nueva emisión del Recitales Poéticos se llevó a cabo el 29 de julio a través de la plataforma Zoom, esta vez presentando a Silvia Heidel y a Francisco Mina, dos representantes de las letras escobarenses, para luego dar lugar al micrófono abierto, momento en el que los espectadores pasan a ser protagonistas, dándole el color polifónico al evento literario organizado por la Secretaría de Cultura del municipio de Escobar, conducido por Martín Pozzo y el abajo firmante.

Mina
Francisco Mina se definió como un gran escritor de apuntes y consideró que hay muchas publicaciones de apuntes (entre ellos Heidegger, Foucault o Tomás de Aquino). Contó que la música, la escritura y la docencia le forjaron un mundo más hospitalario. Hablando sobre su experiencia docente en la cárcel de Campana, se preguntó por qué en la cárcel hay una alta tasa de analfabetismo, que supera la de cualquier barrio del país entero, y cuál será la relación entre terminar encerrado y no saber leer ni escribir. Consideró que los libros a veces son el signo de espacios reducidos… pero también es cierto que la escritura siempre invita… Y destacó la importancia de las culturas orales (del relato).
Les dejamos algunos textuales de la participación de Francisco:
“Leí Sudeste, de Haroldo Conti a mis alumnos en la cárcel, elegí un fragmento, y un alumno que estaba preso me dijo: “Guau, por media hora, me sacaste de acá”. (…) No soy muy canónico pero si tuviera que elegir tres autores, Leónidas Escudero, poeta sanjuanino, Oliverio Girondo porque es un mago del lenguaje, y John Berger, gran artista, dibujante y maestro de la palabra: tiene novelas y cuentos cortos. (…) La filosofía es un arte literario. (…) Tengo la impresión de haberme quedado a mitad de camino en todo.”

Heidel
Silvia Heidel desde muy pequeña estuvo ligada a las letras, la literatura le dio la posibilidad de vivir varias vidas, como dijo Rosa Montero, así leyó las colecciones de Julio Verne y Emilio Salgari y, más adelante, pasó a la literatura rusa y americana. Como dice la poeta Louise Glück: “El mundo se ve una sola vez en la infancia, luego es recuerdo”.
Sus últimas publicaciones las realizó a través de la plataforma Amazon.
Les presentamos algunos textuales de la participación de Silvia:
“Los pdf´s son la maravilla de la época, nunca la humanidad tuvo la posibilidad de acceso a tantos textos ni se leyó tanto, a nivel planeta. (…) En una biblioteca no puede faltar “Si esto es un hombre”, de Primo Levi, ese libro es una verdadera escuela de la condición humana o del mismo autor: “Un año con Schopenhauer”. El Quijote o la obra de Faulkner, Rulfo que escribió dos maravillas de la literatura americana El llano en llamas y Pedro Páramo, o García Márquez, Vallejo, Olga Orozco, Pizarnik o Laura Yasán. (…) Soy una mujer del interior, que ha plantado algunos árboles, criado a algunos hijos, leído algunas hojas y escrito otras tantas”.

Lecturas
Silvia recitó el poema “Banquete”, del poemario “Cuando el silencio habla”. “Desde los intersticios”, del libro del igual título. De “Con esta garganta”, el poema “Redes”, del libro “Catálogo de la sombra”, un poema dedicado a Laura Yasán y, por último, “Morir en domingo” del libro “Como pájaros”.
Francisco relató su texto “Romper el techo”, y recitó el poema El mar, dedicado a Gaby, su compañera de vida.

Mic abierto
Norma Abbiatici recitó su soneto, “Sin cola”, Pablo Villalba, “Baile”, el poema “ventana” de Viky Baldi, Alfredo Maggio compartió un texto de su autoría titulado “El mundo es chico”, Rubén Lettieri, un poema dedicado al bicentenario del Perú, Daniel Turrilo Moreno leyó un relato dedicado a Schopenahuer, Andrés Tatángelo recitó un poema de su autoría y cerró las participaciones el poema “Aire vivo”, leído por su autor, José Ignacio Díaz Puerta.

Encontrarse
Este encuentro entre escritores y lectores se desarrolla todos los jueves a las 19 horas (a partir de agosto vuelve a la presencialidad) permite difundir y conocer la palabra de los más reconocidos autores y escritoras del partido de Escobar en una charla amena con una dinámica ágil y participativa, incentivando la cultura de los libros y las obras inéditas o publicadas de nuestros vecinos.

Para saber +
Stella Navedi  nos invitó a Senderos literarios, el taller de lectura de La Kalimba. Viernes por medio, 18hs por Zoom.

Próximo encuentro
Jueves 5 de agosto, en el Centro Cultural Dr. Tazo, 19 horas
Txus (Diego Sánchez) & Hilario Muchasaña (Juan Manuel Bande)
Presencial, confirmar reserva al WhatsApp 348 4532083

El texto
“Romper el techo” Filosofía para los que están en la vereda.
Francisco Mina.

No está tan claro que la filosofía se pueda estudiar como estudiamos química, inglés o matemática. Muchos asociamos la filosofía a un arte. La materia con la que trabaja un alfarero es la arcilla.
La materia del arte de hacer filosofía es la pregunta, es el cuestionamiento de la realidad. Pero no estamos hablando de cualquier pregunta, sino de aquella que todavía no nos hicimos, de la pregunta que conmueve la quietud del saber. Aquel que sabe ya no se pregunta mas, por eso la Filosofía está más cerca de la inquietud que genera la ignorancia. Por esto decimos que la edad filosófica es la infancia, porque es el momento en que no hay vergüenza de preguntarse por todo. Otra disposición para la filosofía es el asombro, esa capacidad para quedarnos mudos ante algo maravilloso. El enemigo del asombro es el acostumbramiento, esa especie de estar ante algo muy grande y no darnos cuenta.
Es difícil hacer filosofía cuando sabemos mucho, también cuando nos hemos acostumbrado a vivir, o a malvivir.
Conocí un nene que nació en una habitación oscura, muy oscura, detrás de la carpintería de su viejo. Vivió ahí con sus padres y su hermano menor hasta los nueve años. Un día le contó a su papá que había ido a jugar a la casa de un compañero de la escuela también muy pobre, pero en esa casa, había una ventana. “Es hermoso” le explicaba entusiasmado, “¡cuando se largó a llover veíamos el agua sin salir a la vereda!”. ¿No podemos Papá hacer acá una ventana? No, no se puede, todas las paredes dan a los vecinos, y además la carpintería es alquilada. “¿Y en el techo?” insistió el nene preocupado… ¿No podemos hacer una ventana en el techo?
¡No! ¡Es imposible, a ver si lo entendés, los techos no se pueden romper!

Esos techos que no se pueden abrir para que entre la luz y el aire, no son solo problemas de pobreza en términos de carencia monetaria. Son la imposibilidad de tantos pueblos de pensarse a sí mismos de otro modo. Cuando un pibe no aprende a leer a tiempo, a escuchar y hacer música, a jugar libremente, a reírse y aprender, un techo mas se cierra sobre su cabeza con el más pesado de los cementos: la resignación. Sin necesidad de palabras, se convencen millones de seres humanos en nuestro mundo, que una vida soñada es para otros. No pueden pensar y decidir por sí mismos. Son pensados por otros.
Esos son “los que están en la vereda”, buscando algo de luz. La filosofía nació en las calles y allí debería volver. Ella se define por la pregunta más urgente y vital, que muchas veces se vuelve extremadamente simple: ¿por qué no?
Empezamos juntos un curso y podemos llegar a cuestionarnos muchas cosas en él. ¿Por qué no?
Este curso se llama “romper el techo” porque intenta ser una compañía en el camino de búsqueda del único objetivo genuino del pensar filosófico: la libertad.
Bienvenidos.
Fuente: https://libresalsol.blogspot.com/

txt: Cristián Trouvé 

Foto: Pablo Villalba 

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